La Navidad y las mujeres

Las tradiciones son acuerdos que necesita la cultura que se consideran dignos de constituirse como una parte integral de sus usos y costumbres. La Navidad es sin duda uno de los principales pero en lo que respecta al género, podemos comenzar a desnaturalizar actividades que no son intrínsecas de la mujer.

El rol encasillado de la mujer arranca en la simple pregunta: “Lo pasamos con tu mamá o con la mía”. Como si no se tratara de nuestras familias.

La mayoría de las veces son las mujeres las que se ocupan del menú de Noche Buena, de la decoración de la casa, de la compra de los regalos. Si bien es una actividad que puede darles satisfacción a las mujeres, teniendo en cuenta que se trata de una fiesta familiar podemos romper un poco estos rótulos y hacer todo en familia, o distribuir las actividades de manera rotativa cada año. Esto puede ser divertido y nos puede poner frente una actividad grata que nunca habíamos atravesado por estar siempre asignada a otro.

Otra de las tradiciones que apuntan a las mujeres es la de la bombacha rosa. Según nos contaron debe ser regalada por otra mujer con la que se comparte la mesa de Nochebuena. Madre, tía, prima, el parentesco no importa, pero no puede ser un hombre quien la obsequie.

Si bien se pone en el arbolito de Navidad y se regala esa noche, muchos dicen que se debe usar en la noche de Año Nuevo. Aunque la mayoría, estrena la prenda íntima ese mismo día.

Lo cierto es que según esta tradición -que tiene orígenes paganos-, las bombachas rosas se entregan en Navidad a las mujeres solteras con el fin de alejar el mal y traer la procreación y la fertilidad.

Esta tradición tiene un lindo simbolismo, y además agrega una prenda íntima a nuestro cajón, pero dado que para la procreación son necesarios dos, por qué no también regalar un calzón rosa para ellos.