El documento, que puntualiza el impacto diferencial que esta situación provoca sobre las infancias, destaca los efectos positivos que produjeron las transferencias de recursos definidas por el Gobierno Nacional, como el IFE y la Tarjeta Alimentar.
Si bien no alcanzan para resolver la problemática de fondo y erradicar la pobreza, el informe destaca que sin esas transferencias directas del Estado Nacional en plena pandemia, la pobreza extrema hubiese trepado al doble de los índices actuales.
Como contracara, en la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno porteño amenaza con cerrar programas sociales, recorta presupuesto y raciones de alimentos a los comedores comunitarios, merenderos, ollas populares y clubes.
“Los movimientos sociales estamos presentes en la primera línea contra el Covid y contra el hambre y reclamamos en forma urgente a la gestión Larreta y a la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, un aumento significativo sobre las raciones de alimentos, cuya demanda no ha parado de crecer”* puntualizó Walter Córdoba, referente de Somos Barrios de Pie Capital quien además exigió a las autoridades porteñas “que reestablezcan la asistencia de alimentos para las familias y adultos mayores aislados por Covid”.
Un claro ejemplo es el los bolsones de alimentos destinados para los adultos mayores y familias más humildes que se encuentran aisladas por Covid. Estas raciones solo se entregaron durante tres meses consecutivos el año pasado y desde ese momento siguen sin proveerse.