Un acto oficial fue organizado por el gobierno nacional junto con el Capítulo Argentino de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto y estuvo encabezado por el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban.
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, envió un mensaje en el que expresó su compromiso con la memoria del Holocausto.
“Me siento muy orgulloso que podamos cumplir con el monumento tan esperado de la Shoá que ratifica estos valores de convivencia, la vocación de armonía, el respeto por el otro, ser capaces de convivir más allá de razas y religiones, justo en un momento muy especial que está viviendo el mundo en el que uno siente que la violencia gana”, sostuvo el mandatario.
“Hoy podemos mostrar desde la Argentina, teniendo la comunidad judía más importante de América Latina y la comunidad musulmana más importante de América Latina, que convivimos todos respetuosamente, en paz”, resaltó, y agregó: “ratificamos este compromiso de seguir transmitiendo este mensaje de que se puede vivir en una comunidad unida en la que cada uno de nuestros hijos tengan una mejor oportunidad el día de mañana”.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos ratificó el compromiso de nuestro país “con la lucha contra todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen étnico o sus creencias religiosas, dondequiera que tengan lugar”.
Eugenia Unger, sobreviviente del Holocausto, contó que siempre tuvo “la aspiración a un monumento para el recuerdo de la Shoá”, y dedicó el homenaje “a los nietos que tienen el legado de no olvidar”.
“Quien estuvo en un gueto no puede librarse de las cosas que la atormentan. Todos los días me preguntó por qué tuvimos que vivir ese horror y por qué quedé yo viva; por eso tengo el legado de mantener el recuerdo”, expresó.
Durante el acto se llevó a cabo la tradicional ceremonia de encendido de seis velas, una por cada millón de víctimas en los campos de concentración nazis y posteriormente se inauguró el Monumento Nacional a la Memoria de las Víctimas del Holocausto y el Paseo de los Justos.
El monumento consta de un muro de hormigón compuesto por 114 cubos con impresiones de objetos de la vida cotidiana, y enfatiza la ausencia del ser humano a través de estas huellas impresas en las piedras.