En plena Plaza Constitución, a metros del cruce de av. Garay y Lima, se llevó a cabo la octava misa en solidaridad por las víctimas de trata y exclusión.
Allí se otorgaron como ofrendas una maquina de costura incautada por la justicia que se reutilizada en la fábrica de SOHO cooperativa, un carro con cartones del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y una red que simboliza a las mujeres captadas para la explotación sexual, entre otras ofrendas.
Esto ocurrió en la misa que brindó el obispo auxiliar José María Baliña (el arzobispo de la Ciudad se encuentra en el Vaticano por el Sínodo de la Familia) junto a los curas villeros como Toto Vedia y Charly de la villa 21-24 de Barracas, el Departamento de Migraciones y las congregaciones Oblatas y Adoratrices que asisten a mujeres prostituidas.
Fue una multitudinaria misa que congregó no sólo cartoneros, costureros, prostitutas, monjas y curas también se acercaron muchos vecinos que en sus barrios enfrentan a las mafias como Palermo, Constitución, Recoleta, Versailles, entre otros.
Estas particulares misas fueron inauguradas por el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio. La primera fue en el 2008 en la Iglesia de los Emigrantes en el barrio de La Boca, y luego decidió el hoy Papa Francisco trasladarlas a la plaza Constitución porque allí se podía estar cerca de la gente que más sufre la trata y la exclusión. Las últimas dos misas fueron concelebradas por su sucesor Mario Poli.
En todas ellas se resaltó la lucha por el hermano esclavizado y excluido, y condenando la corrupción de los funcionarios con la mafia.