Un homicidio ocurrió a bordo de un colectivo de la línea 76 que circulaba por Flores, luego de lo cual los acompañantes de la víctima forzaron a golpes al chofer para que desviara el vehículo hacia un hospital.
Tanto el homicida como los allegados de la víctima escaparon eran buscados intensamente por los investigadores.
El hecho comenzó alrededor de las 3.30, cuando los cuatro involucrados subieron al interno 1351 de la línea 76 en la parada de la Plaza Flores, ubicada en Avenida Rivadavia y Fray Cayetano Rodríguez.
De acuerdo con el testimonio brindado más tarde por el chofer y otros pasajeros a las autoridades, el micro prosiguió su camino en dirección al Bajo Flores y, tan pronto como ocuparon sus asientos, tres de los recién llegados comenzaron a increpar al restante.
Según dijeron los voceros consultados, aparentemente los cuatro se conocían y los agresores le reclamaban con insultos al otro por algo ocurrido previamente, hasta que poco después éste sacó un arma de fuego y baleó a al menos uno de ellos en el tórax, hizo que el colectivero frenara la marcha y escapó a la carrera.
El herido cayó al suelo ensangrentado y sus acompañantes fueron junto al chofer, comenzaron a amenazarlo y a golpearlo y lo obligaron a desviar el micro del recorrido y dirigirlo hacia el hospital Piñero, que se encontraba a unos 200 metros de allí, en Varela y Asamblea.
Al llegar a la puerta del hospital, médicos de guardia intentaron socorrer al baleado, aunque éste había llegado ya muerto por la gravedad de las heridas sufridas, en tanto que sus cómplices bajaron del colectivo y huyeron antes del arribo de la policía.
En el hecho intervinieron efectivos de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) afectados al Operativo Cinturón Sur y de la comisaría 36ta. porteña, quienes esta mañana montaron un rastrillaje en la zona para dar con los prófugos, quienes no se descartaba que también hubieran sufrido heridas en el enfrentamiento.
Los pesquisas procuraban además identificar al fallecido, que no tenía documentación consigo al momento del hecho, y analizaban las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en la zona con la intención de averiguar si alguna captó imágenes útiles para la causa.
La principal hipótesis de los pesquisas es que la víctima y sus cómplices mantenían una disputa previa con el asesino por el resultado de alguna actividad criminal.