El pasado jueves 20 de noviembre por la mañana la policía Metropolitana desalojó a veinte familias en Hipólito Yrigoyen 1316 en el barrio de Congreso, Capital Federal.
Según Jorge de CIBA(coordinadora de inquilinos de buenos aires) “ el procedimientos tuvo muchas irregularidades, se utiliza la figura de usurpación para desalojar donde hay inquilinato, habían familias que pagaban desde hace 17 años. Realizan un desalojo sin ningún tipo de aviso, bloqueando todo tipo de defensa de las familias. La justicia de la ciudad actúa con expediente bajo secreto de sumario “.
“Estos últimos meses los desalojos se dan sin previo aviso y mediante un juicio penal, la justicia de la ciudad permite estas aberraciones”, añadió.
Tras el desalojo los miembros de CIBA denunciaron que consiguieron sólo dos cuotas de subsidio para cada familia, aproximadamente unos 3600 pesos para relocalizarse.
“A la justicia no le importa las familias en la calle, por la presión logramos quitarle al gobierno de la ciudad 3600 pesos por familia que no sirven para mucho, sabemos que el subsidio luego es imposible seguir cobrándolo pues piden requisitos imposible de cumplir a las familias desamparadas”, marcaron.
Carla de CIBA agregó: “Las familias no sólo se enfrentan a quedar en la calle, también pierden su fuente de trabajo y hasta el colegio de los niños por cuestiones que les es imposible alquilar otra vivienda en Capital Federal y deben trasladarse a provincia. Se pierden familias que habían logrado establecerse”, “se ha dejado de utilizar el juicio civil que garantiza una defensa a la familia y un tiempo para prepararse, con el juicio penal los desalojos son bruscos. Las familias se exponen a la violencia y quedar con causas”.
En el último mes CIBA se enfrentó a cuatro desalojos de los cuales tres no pudieron evitarse y eran ejecutados con juicio penal. El desalojo sorpresivo y el secreto de sumario “impiden ver el expediente”, “hace unos días intentaron desalojar un iglesia donde se da asistencia a mucha gente carenciada. El procedimiento no tenía en cuenta todo el trabajo social que se realizaba en la iglesia y cómo afectaría a esas personas. Por suerte se logro parar”.