Actualmente en la ciudad de Buenos Aires rige la Ley 4077, por la cual se instituyó “con carácter obligatorio, la adquisición, puesta en funcionamiento y mantenimiento para la correcta utilización de un Desfibrilador Externo Automático (DEA), en los lugares públicos y privados de concurrencia masiva o de alto riesgo”.
Lamentablemente la norma no fue reglamentada con lo cual la autoridad de aplicación no determinó los parámetros de concurrencia masiva y de alto riesgo; ni estableció un cronograma para la progresiva implementación en los ámbitos alcanzados por la ley, comenzando por los de mayor concurrencia.
Frente a esta falta de definiciones en torno a esta exigencia, el diputado Hernán Rossi presentó un proyecto de ley para modificar la Ley 4077 y que sea obligatoria la existencia de desfibriladores externos automáticos en subtes, teatros, supermercados, hoteles y en espacios donde circule público.
En tal sentido informó Rossi que “el 90% de los ataques cardíacos ocurren en la vía pública y solo el 5% de esos pacientes llega con vida al hospital”.
El presidente del bloque Suma+ (UNEN) dentro de su proyecto incluye que sea obligatoria la existencia de un desfibrilador externo automático (DEA) en todas las estaciones de subte, terminales de micros, estadios deportivos y clubes.
También quiere que los grandes supermercados, centros comerciales que superen los mil metros cuadrados, teatros, instituciones educativas, hoteles, bingos y hasta entidades bancarias tengan un DEA ya que es imprescindible establecer medidas de prevención que permitan salvar la vida de cualquier ciudadano. El diputado porteño reseñó que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que representan el 30% de la mortalidad en todo el mundo.
Además, reveló que en nuestro país 100 mil son las personas que fallecen por año como consecuencia de esta enfermedad y que esto representa un 32 % del total de las muertes en la Argentina.
Rossi destacó que los avances tecnológicos permitieron desarrollar estos aparatos con un funcionamiento automatizado y que su utilización es una muy buena posibilidad de incrementar el número de personas que sobrevivan a un paro cardíaco. Y señaló que los datos estadísticos surgen del Ministerio de Salud de la Nación y remarcó que “el acceso público y gratuito” a la desfibrilación es fundamental para superar una muerte súbita.
A su vez, resaltó que por cada minuto que pasa tras un paro cardíaco las posibilidades de supervivencia “se reducen un 10%” y luego del séptimo minuto es muy difícil de rescatar sin secuelas a la víctima.
Finalmente, Rossi aclaró que la capacitación para DEA como para RCP pueden ser llevadas a cabo por el Ministerio de Salud en los edificios públicos, mientras que en los espacios privados será responsables de la existencia y su funcionamiento el propietario o administrador del establecimiento.