En los últimos tres años la Ciudad de Buenos Aires bajó 0,6 por mil la tasa de mortalidad infantil, manteniendo una tendencia que comenzó en 2011, según las estadísticas que fueron presentadas esta tarde en una conferencia conjunta entre funcionarios porteños y representantes de Unicef.
Desde 2014 hasta el año pasado, la tasa de mortalidad fue de 7 por cada mil nacidos vivos, mientras que en el trienio de 2011-2013 ese porcentaje se ubicaba en el 8,5 por cada mil.
De acuerdo con una recomendación de Unicef, la Ciudad comenzó a tomar períodos de tres años para medir la cantidad de bebés que mueren antes de cumplir un año. Por eso, a pesar de que el porcentaje subió si se lo compara con los datos de 2015, en la Ciudad celebraron los últimos números de 2016. Mientras que en 2015, la mortalidad infantil fue de 6,0 por cada mil bebés nacidos, el año pasado, esa cifra subió 7,2 por mil.
“Estos porcentajes muestran que hemos tomado con seriedad lo que pasa con la mortalidad infantil, porque cada uno de los casos es un chico, una familia y eso es lo que nos lleva a profundizar los cambios”, aseguró Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, quien encabezó la presentación junto a su par de Salud, Ana María Bou Pérez.
“Es realmente difícil bajar más estos índices, esto ocurre acá y en todo el mundo. Cuando se llega a este nivel, un virus intrahospitalario puede disparar la tasa, por eso la recomendación de tomar la medición cada tres años. Pero estos valores tan bajos de ninguna manera garantizan que se sostengan en el tiempo, por eso Unicef también presenta las recomendaciones para continuar con esta línea”, aseguró Máximo Diosque, representante del organismo.
En 2015, la Ciudad de Buenos Aires llegó a su nivel más bajo en mortalidad infantil. Por esa razón, el gobierno porteño decidió convocar a Unicef para que los especialistas determinen cuáles fueron los aciertos y cuáles las cuentas pendientes. Representantes de ambas partes estuvieron presentes en la rueda de prensa.
“Convocamos a Unicef porque queríamos entender profundamente las causas de por qué venía descendiendo la mortalidad infantil en la Ciudad, para que ellos hicieran un estudio más en profundidad que explique por qué en 2015 había sido el nivel más bajo pero que también podría haber sido de otra forma”, aseguró Fernando Straface, secretario general de Gobierno.
De acuerdo con los datos que se difundieron hoy, durante 2016 los bebés que no llegaron al año de vida fueron 282, mientras que en 2015 habían sido 246. Según los funcionarios, esa variación no tiene una incidencia en la tendencia a la baja.
Diosque subrayó que “más allá de un indicador de salud, la mortalidad infantil muestra un índice de desarrollo, nos habla del empleo, del embarazo adolescente que son temas que escapan al área de salud”.
Para Unicef, los índices de mortalidad también dejaron al descubierto tres focos de inequidad ya que hay grandes diferencias entre el sector público y privado –donde las muertes llegan a la mitad que en los hospitales de la Ciudad– y entre los barrios con mayores asentamientos, como la villa 31, La Boca, Barracas, Lugano y Soldati. Y por eso, recomendaron fortalecer la red sanitaria entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, incorporar también al ministerio de Educación a un plan integral para evitar el embarazo adolescente, y trabajar en las zonas más alejadas de la Ciudad.
La ministra de Salud reconoció que una de las principales dificultades que hoy hay en la Ciudad es la falta de médicos especialistas. “Tenemos un déficit en recursos humanos, tenemos una falta de neonatólogos”, dijo Bou Pérez. No es un dato menor, ya que el 75 por ciento de las muertes corresponden a recién nacidos, y de ellos la mitad no llegó a los seis días de vida, según las cifras de 2016.
Asimismi Straface prometió que para fin de año, los habitantes del sur de la Ciudad podrán ir a un centro de salud que no quede a más de 15 minutos de su casa, que cada uno tendrá un médico de cabecera que no atenderá a más de 700 familias, y que cada bebé deberá tener al menos siete consultas pediátricas antes de cumplir un año.