Vecinos, organizaciones sociales y agrupaciones barriales criticaron al gobierno porteño por la decisión de construir un “techo verde” sobre las Villas 31 y 31 bis, y denunciaron que el PRO “pone la pobreza debajo de la alfombra”.
Asimismo, expresaron que el PRO “gasta plata en cosas que no sirven para nada”, mientras un grupo de legisladores presentó un pedido de informes para que el Ejecutivo local explique la iniciativa.
“Hace mucho que venimos denunciando la situación que se vive en las Villas 31 y 31 bis. Estamos en contra de los muros, los cercos perimetrales y ahora de este techo, que impide que se siga creciendo para arriba con las construcciones y es claramente un parche, como hacen siempre, que ponen la pobreza debajo de la alfombra para que no se vea”, afirmó Rafael Klejzer, referente de la Corriente Villera Independiente.
Klejzer adelantó que mañana por la mañana tendrán una reunión con los vecinos para definir los pasos a seguir.
“Así la gente no puede vivir, esto es una locura. Vamos a reunirnos mañana para ver qué medidas tomamos”, refirió.
Amalia Aima, quien vive en la Villa 31 desde hace 45 años, contó a Télam que a los vecinos “no les gusta la idea, porque tapa el aire y la luz”.
“Además están haciendo un gasto para decoración, para que los que tienen plata y pasan con el coche no nos vean, pero no soluciona la pobreza”, agregó la mujer.
Y continuó: “Con sólo caminar por la villa uno se da cuenta de los problemas que hay: No tenemos gas, cloacas ni jardín maternal, hay calles que se inundan y el centro de salud no da abasto, por sólo mencionar algunos”.
“No entiendo al gobierno de la Ciudad, no consulta a los vecinos y hace lo que quiere. Si la gente construye por encima de la autopista, habría que planificar para ver cómo se controla el crecimiento, pero esta no es forma de solucionar las cosas”, aseguró.
Desde hace aproximadamente un mes y por iniciativa de la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social (Sechi) de la Ciudad, junto con la empresa AUSA (concesionaria de la autopista), comenzaron a instalarse los cables de acero con forma de red triangular que actúa como malla de seguridad entre los dos carriles de la autopista Illia.
El proyecto, que prevé la construcción de maceteros lineales y transversales que funcionarán como puentes de plantas y flores, además de la instalación de un sistema de riego y la plantación de la vegetación, no fue informado a la Legislatura porteña antes de ser implementado, lo que motivó un pedido de informes.
“Es necesario saber el motivo del por qué no se informa a la Legislatura sobre la iniciativa de esta nueva obra: cuál es el impacto tanto ambiental como social de dicho proyecto y si existen riesgos para los que residen en la zona”, aseguró el legislador del Frente para la Victoria Gabril Fuks en el pedido que acompañaron los diputados kirchneristas Paula Pennaca y Fernando Muñoz, y el legislador de ECO Francisco Nosiglia.
Según el legislador, ese “techo verde” incumple con la Constitución de la Ciudad “no solo al quitarle el poco aire y luz que disponen dichas viviendas, sino también al no pasar por esta Legislatura, ya que corresponde un cambio de normativa que implica la modificación del Código de Planeamiento Urbano”.
“El PRO se ensaña por realizar obras que no generan un cambio y beneficio real en la vida de los vecinos. Todos sabemos que la mejora radica en la urbanización que tanto los habitantes de la villa demanda como las leyes vigentes lo exigen”, destacó el diputado del FpV.
“Hay que avisarle a Mauricio Macri que la realidad no se tapa, ni se maquilla, sino que se mejora con políticas de Estado y dirigentes capaces de proporcionar las soluciones que estén a la altura de las circunstancias”, agregó.
En el mismo sentido se expresó el politólogo y miembro de la agrupación Turba (conformada por profesionales que llevan adelante un proyecto de capacitación especializada y gratuita en la Villa 31) Pablo Vitale, quien afirmó en diálogo con Télam que “no sólo no se cumple con la ley de urbanización sancionada por el mismo gobierno porteño en 2009, sino que es una obra que no sirve para nada, porque la malla cubre el centro pero el problema sigue existiendo hacia los costados”.
Vitale consideró que se trata de “una nueva versión de una vieja problemática de fondo que no se resuelve”.
“No es falso que la autopista genera problemas en la vida de los vecinos, pero esta decisión no resuelve las cuestiones de fondo y encima hace que el sector que vive bajo la autopista pierda aire y luz a causa de la malla”, remarcó.
Y completó: “El proyecto no cierra por ningún lado. Como criterio arquitectónico los sectores bajo
la autopista no pueden ser consolidados, pero esto, lejos de generar una mejora, sólo sirve para tapar parte de la problemática”.