De lo que no habló es de su propia gestión como motor inflacionario. Un estudio reciente realizado por el Frente Nuevo Encuentro muestra que el aumento de las tarifas en la Ciudad de Buenos Aires, desde la asunción de Mauricio Macri como jefe de gobierno en 2007, sobrepasa a la evolución de precios del resto del país”, “incluso, comparados con las estimaciones más elevadas arrojadas por las consultoras privadas”.
“Mientras que en el período que va desde diciembre de 2007 a enero de 2014 los precios subieron 261,06 por ciento, desde la asunción de Macri hasta comienzos de este año, los peajes en la Ciudad aumentaron, en promedio, 925 por ciento”, dice el documento.
Otros datos también causan asombro. La tarifa del subte aumentó un 543 por ciento, tomando el precio del boleto con SUBE, mientras que la ficha de taxi diurna aumentó 255 por ciento, y la nocturna 326. Con respecto a los estacionamientos del GCBA, con los últimos reajustes de enero de 2014, el aumento llegó a 295 por ciento.
Pero no es sólo la oposición la que hace esas cuentas. También el diario Clarín. Analizando la evolución tarifaria del subte, justificada por la “inflación”, el diario porteño sacaba las siguientes conclusiones.
Macri “había justificado la suba de 80 por ciento en cuatro meses de la tarifa del subte, que el 1 de noviembre costaba 2,50 pesos y el viernes pasó a valer 4,50; al asegurar que “refleja la inflación”. Sin embargo, la medición que realiza el propio gobierno porteño dio como resultado que entre noviembre y febrero, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una suba de 13,24 por ciento, es decir, 66,76 puntos porcentuales menos que el ajuste efectivamente realizado sobre la tarifa del subte.”
Si, como dice Macri, el aumento reflejara la inflación, el costo por viaje debería haber pasado de 2,50 a 2,85 pesos, cifra aun inferior a los 3,50 que significó el ajuste aplicado en noviembre último, que ya había resultado de un 40 por ciento.
Los peajes, el subte, los taxis, el estacionamiento. Todo para arriba y muy por encima de incrementos de precios, incluso medidos por su propia gente. Sin embargo, no son los valores considerados a la hora de calcular aumentos de salarios. Los maestros apenas orillaron un 29 por ciento en cuotas y para el personal de la administración procuran limitarlo a un 30 por ciento.
No es la escala usada con los funcionarios más encumbrados. Para ellos el aumento promedio ya sucedió y superó el 40 por ciento. Más allá de las arbitrariedades y de excusarse en la inflación para recaudar más, Macri pretende utilizar la carestía de la vida como argumento para desprestigiar al gobierno nacional.
Pero los precios que su administración controla trepan por encima de todos los índices inflacionarios. Echa nafta al fuego porque calcula que se beneficiará con un horizonte de crisis. No le importa si en el camino empioja las condiciones de vida de la gente que vive de ingresos fijos. Los jubilados sólo sirven para hacer campaña. El no tiene problemas en llegar a fin de mes. Plata le sobra.
Lic. Gerardo Codina