El clásico de la Avenida de Mayo, bar por el que alguna vez paso Federico García Lorca fue comprado por la cadena La Continental, que prevé modificar la estructura original del lugar que ya es un símbolo para los porteños.
El bar tiene 115 años de historia y es recordado por sus tertulias y torneos de baile. Según trascendió, el cierre se produciría durante enero de 2014, para comenzar con las tareas de remodelación. Una veintena de trabajadores mostró su preocupación por la venta del espacio.
El edificio donde se levanta Los 36 Billares está amparado dentro del Área de Protección Histórica 1 lo que debería impedir que el inmueble sea “transformado” parcial o totalmente, o incluso su fachada, sin autorización del Gobierno porteño.
Esta protección no impide que la propiedad se venda y según las leyes vigentes, un inmueble que está dentro de esta zonificación puede ser “transformado” (parcial o totalmente, o incluso su fachada) sólo si tiene permiso del Ejecutivo porteño.
Frente a ello las palabras del ministro de Cultura porteño Hernán Lombardi no llevaron tranquilidad a los trabajadores ni a los vecinos.
“La Ciudad va a seguir ayudando para que ante un nuevo dueño, el bar siga siendo un espacio cultural y no pierda la identidad musical de Bar Notable”, atinó a aclarar Lombardi.
Muchas son las dudas, las preocupaciones y los rumores. Se habla que entre las modificaciones que sufrirá el lugar, se espera que quiten el escenario y modifiquen la barra para la venta de pizzas y minutas.
Otro de los sectores que están en duda es el subsuelo, donde todavía funcionan las mesas de billar que le dan nombre al bar fundado en 1894.
Si bien hay amigos que van a jugar hace años de forma religiosa, parece que dejaría de existir con el cambio de dueños.
También está la preocupación laboral. Los empleados del famoso bar sufren de incertidumbre porque no saben qué pasará con ellos si se cambia el rubro. La mayoría de ellos trabajan ahí hace más de 20 años y temen por su futuro laboral.
Pero esto no es todo: lo mozos dicen que tampoco seguirían los recitales en vivo. Recientemente hubo una reforma que renovó los equipos de sonidos y de iluminación, pero esto no impedirá que el escenario por donde pasaron grande músicos sea removido para ser adaptado a un lugar donde se venderán pizzas y otras minutas.
“No importa quién sea el dueño. Acá tiene que haber una política clara para mantener y rescatar los bares históricos y también promoverlos como espacio de fuente de trabajo para los músicos. Este es un gran lugar, si me dicen dónde quiero tocar, yo lo elijo”, aseguró el acordeonista Hernán Crespo.
Pero no son las únicas malas noticias para quienes quieren preservar el patrimonio cultural de la ciudad.
Hace una semana se conoció el cierre definitivo de London City, declarado café notable en el año 2000. Se estima que desde el año 1998 cerraron ocho de los cafés declarados notables. En los últimos años bajaron sus persianas el Café Argos, Café Aragón y Confitería Richmond, sobre la peatonal Florida, donde se había anunciado la construcción de un local de ropa deportiva.
En la semana que pasó se informó del intento de remate del mobiliario de la Richmond el que finalmente fue suspendido.
Así lo decidió Claudio Izsak, titular de la casa de subastas, quien explicó “no sabía que había un reclamo sobre el mobiliario y, para no perjudicar a mis clientes, que muchas veces viajan para comprar, se decidió suspenderlo”.
No es de extrañar quien propone sacar la materia historia de la curricula educativa mal puede tener respeto por la historia porteña.