El agua es un recurso vital para la producción agrícola, ganadera y forestal. Las escasas precipitaciones de los últimos años tuvieron un impacto en las actividades productivas de la provincia. Por esto, el grupo de Recursos Naturales (RRNN) de la Estación Experimental Agropecuaria – Corrientes del INTA monitorea el estado de los humedales. Y cada mes, presenta un informe que detalla la superficie cubierta con agua en la provincia, un indicador de la disponibilidad de este recurso.
Ditmar Kurtz -especialista del grupo de RRNN del INTA Corrientes– afirmó: “Los datos del informe se actualizan mensualmente por el grupo RRNN de la EEA Corrientes, como parte de las actividades del proyecto macro regional de Recursos Naturales”.
En este sentido, Griselda Saucedo, becaria doctoral del INTA Conicet, agregó: “A fines de julio de este año, la superficie cubierta por agua superficial en la provincia de Corrientes alcanzó un total de 543.187 hectáreas, lo que representa el 6,1 % de la superficie provincial”.
Del total de la superficie actual cubierta con agua, Saucedo explicó que la mayor parte corresponde a esteros y bañados (65,3 %). Luego siguen la superficie que ocupan los ríos Paraná y Uruguay (32,7 %). Las represas y tajamares actualmente ocupan 10.939 ha (2 %).
Agua: recurso escaso y vital
La escasez de este recurso plantea desafíos para la producción agropecuaria por su implicancia en el aprovechamiento de los humedales como aguadas naturales. Es por ello que, desde el Grupo de Recursos Naturales, brindaron recomendaciones para producir en un escenario de escasez hídrica y como aporte a las políticas públicas provinciales frente a este complejo escenario.
“Los productores están recurriendo a realizar perforaciones para bombear agua del subsuelo. También han realizado excavaciones con retroexcavadoras para profundizar aguadas naturales”, puntualizó Kurtz.
En relación con las actividades productivas, el especialista afirmó: “En el corto plazo, se recomienda revisar y planificar las perforaciones para acceder a agua de calidad. Además, limpiar bebederos, revisar pérdidas de cañerías, etc.”.
Por otro lado, las aguadas remanentes pueden ver limitada su calidad para el consumo animal. En esta línea, Kurtz recomienda “monitorearlas para evitar efectos indeseados en la hacienda”.
En forestaciones es vital planificar estas inversiones a largo plazo y seleccionar los sitios con suelos adecuados a las especies adaptadas a la variabilidad edáfica de la zona. Mientras que en agricultura, lo ideal es optar por sistemas de riego más eficientes que permitan reducir las necesidades y las pérdidas de agua.
Para finalizar, Kurtz puntualizó que “los mapas se disponen también como un insumo más para la toma de decisiones por parte de los actores políticos”.