El gremio de docentes porteños Ademys denunció una “extorsión y engaño” que vivieron docentes y alumnos para llevar adelante un simulacro de vuelta a clases. “Desde Ademys repudiamos estas acciones del Gobierno de la Ciudad y rechazamos la política aperturista de escuelas de (los ministros de Educación) Trotta y Acuña. Mientras siga la pandemia, mientras siga habiendo circulación comunitaria del virus, no volvemos a la escuela presencial”, sostienen.
Según narran en un comunicado, convocaron a alumnos “para que vayan a buscar sus equipos, que el gobierno debería haber garantizado desde marzo, como venimos reclamando. La convocatoria fue planificada para usar a les estudiantes en un simulacro de vuelta a clases presenciales en Parque Patricios, sin que eso estuviese notificado o fuese consentido por ellos y sus familias.”
Asimismo señalan que se realizó “con personal administrativo del Ministerio organizando sin respetar la distancia, sin que estuviera claro por qué tenían que esperar dos horas a la intemperie para retirar los equipos, les estudiantes fueron usados para garantizar la foto que pretenden Larreta y Acuña en pos de continuar su política aperturista a como dé lugar.”
En este sentido desde el gremio se remarca que “sin importar el número de muertos y contagiados, sin importar el riesgo para la salud de estudiantes y sus familias se mandó luego a los y las jóvenes en taxis de a dos a sus casas, parando autos en la calle.”
“Como venimos sosteniendo en base a los informes de organismos como la Organización Panamericana de la Salud y como lo demuestran los resultados de las experiencias negativas que ha tenido la apertura de escuelas en Francia, España, Israel, Estados Unidos, o en provincias como San Juan, no se debe volver a la escuela presencial hasta que no haya circulación comunitaria del virus”, remarcaron.
Para cerrar consideraron: “Lo contrario implica una disparada de casos que los ya colapsados sistemas de salud no podrían soportar, generando un incremento en la cantidad de muertos, que lamentablemente, como sabemos, será mayor entre las familias más pobres de nuestra sociedad. Esas familias a las que se expone a estas “experiencias” porque sus vidas parece que no importan. Al gobierno, como ha demostrado durante años, tampoco le interesa realmente su educación, como evidencia la política educativa que se desarrolla en la Ciudad desde hace más de una década destruyendo la escuela pública.”