El procesamiento del dueño del taller clandestino del barrio porteño de Flores en el que murieron dos chicos por el incendio ocurrido el 27 de abril del año pasado, dejará a las puertas del juicio oral al empresario.
El hombre está acusado por el delito de “trata de personas con fines de explotación laboral agravado”, informaron voceros de la causa.
Este juicio marca un verdadero paso adelante en el combate contra la trata de personas.
“La valentía de los Mur Menchaca ha hecho posible que hoy sea un día histórico para la lucha contra la trata de personas con fines de explotación laboral”, sostuvo Nahuel Berguier, quien junto a Gabriela Carpineti defendió a la familia de obreros textiles.
Mientras que Esteban Mur, el padre de Rolando y Rodrigo se presentó como querellante mientras que la madre, Corina Menchaca Martínez, y los tíos de los chicos dieron valiosísimos testimonios para que la causa prospere, aclaró el abogado.
“Está demostrado en la causa que los obreros textiles de ese taller trabajaban más de doce horas diarias, en condiciones extremas de hacinamiento, de higiene precaria, y de olores fétidos proveniente del domicilio del dueño, percibiendo una remuneración de entre 3 mil y 4 mil por su trabajo” precisó Berguier durante una conferencia de prensa que se realizó en la sede de la Unión de Trabajadores de la Educación UTE-Ctera, entidad que acompañó en su búsqueda de justicia.
Además, se constató “que hubo inapropiadas condiciones de seguridad, motivo por el cual se desencadenó el incendio en el que fallecieron Rodrigo y Rolando”, dijo el letrado.
La procuración, según la descripción de Berguier, hizo un imprescindible trabajo sobre la normativa (Resolución 46 de 2011) que es una guía “que marca el límite entre las infracciones a las leyes de trabajo y el delito de Trata de Personas”.
“Cuando un empresario tiene a sus trabajadores en las condiciones que describe este fallo”, dijo el abogado, “ya no hay una infracción a la ley laboral sino una precariedad extrema que debe ser perseguida penalmente por el Estado. Es el delito de Trata de Personas con fines de explotación laboral”, aclaró el abogado.
La decisión del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional 6 de la Capital Federal, recayó sobre el empresario Lee Sup Yong, de origen coreano, quien regenteaba el taller textil en el cual fallecieron los niños Rodrigo y Rolando Mur Menchaca, de 10 y 5 años respectivamente.