Más de un centenar de personas marcharon desde el Obelisco al Ministerio de Justicia para reclamar por el esclarecimiento del crimen de Lizbeth Muñoz Álvarez, una adolescente de 14 años que fue violada y estrangulada hace tres años en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.
Se debe a que el principal sospechoso permanece prófugo desde entonces con pedido de captura internacional.
“Hace 3 años que asesinaron a mi hija y hace 3 años que está parada la causa porque ni siquiera agarraron hasta ahora al asesino: pido por favor que se haga justicia por ella. El fiscal dice que la Justicia es lenta, pero tengo miedo que se cierra la causa”, dijo a Télam Felicia Álvarez, la madre de Lizbeth, la joven asesinada.
“El dolor no se puede borrar, porque mi hija no murió por una enfermedad, sino violada, asfixiada y tirada como un perro; por eso, lo único que quiero es justicia”, agregó.
Acompañaron a los padres y familiares en esta protesta las organizaciones que integran la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres Regional CABA: Federación de Organizaciones de Base – FOB, Aquelarre, Corriente de Organizaciones de Base La Brecha, Frente Popular Darío Santillán, Izquierda Revolucionaria, Pañuelos en Rebeldía y Colectiva Feminista Las Bartolinas.
“Porque nos asesinan por ser mujeres, porque nos olvidan por ser mujeres pobres, porque nos matan por creerse dueños de nuestros cuerpos: desde la Villa 1-11-14 gritamos bien fuerte que ¡no queremos más femicidios! ¡Basta de Justicia patriarcal y racista!”, dijeron las organizaciones en un comunicado.
Lizbeth Muñoz Álvarez fue vista por última vez con vida el 2 de agosto de 2012, saliendo del Liceo N°10 de Balvanera donde cursaba el primer año del nivel secundario.
A las 13 de ese día las cámaras de seguridad de un comercio vecino la registraron subiendo al automóvil del principal sospechoso y prófugo de la causa: Willy Blanco Canavari, alias “El Chino”, el hijo de 24 años de un amigo del padre y oriundo de Bolivia como los progenitores de Lizbeth.
Nueve horas más tarde, el cuerpo de la adolescente apareció a 30 cuadras de su casa, con evidentes signos de haber sido violada, estrangulada y arrojada desde un automóvil en movimiento.
Pero el presunto asesino, aquel al que incriminan todas las pruebas recolectadas por la investigación, nunca pudo ser aprehendido y estaría viviendo en Bolivia.
“Según dicen, está en Oruro o Chochabamba. Yo quiero que Interpol me ayude a agarrarlo y que investiguen al padre, porque él se comunica con el hijo y sabe donde está porque él lo mandó allá”, dijo Felicia.
Además, la mujer denunció que recibe constantes denuncias de la familia del sospechoso.
“Nos dijeron que me iban a quemar como a mi hija, con tanta marcha y todo lo que hago. ‘¿Tu piensas andar tranquila con lo que estás haciendo?’, me preguntaron. Cada vez que nos ven nos provocan y se ríen: no nos dejan en paz”, contó.