Una marcha en la que se mezclaron integrantes de la Asamblea de vecinos de este barrio con miembros de una veintena de organizaciones de defensa del espacio público, que expresaron su disconformidad frente a la construcción del bar.
Se trata de una obra de 260 metros cuadrados y 4,5 millones de pesos, cuya construcción ya fue licitada por el gobierno porteño en virtud de la ‘Ley de Bares’ aprobada el año pasado, y que “puede comenzar en cualquier momento” -advierten los asambleístas-, lo cual “será resistido” por los vecinos movilizados, porque el parque “ya perdió 12 hectáreas de áreas verdes”.
“Hoy nos acompañaron organizaciones de otros barrios, quienes contaron sus problemáticas y manifestaron su apoyo a nuestro pedido de que no se construya un nuevo bar”, contó Paula Castelli, vocera de la Asamblea de Parque Chacabuco.
Entre las organizaciones participantes estuvieron Asamblea de Parque Lezama, Asamblea de Parque Sarmiento, Recoleta contra el aliviador, Parque de la Estación, Vecinos por la Ecología, Paremos las torres Dosplaza, PropAMBA, Amigos Lago de Palermo, Queremos Buenos Aires, Movimiento comunero, Red Interparques y Montecastro contra las torres.
También dijeron presente la Asociación ciudadana por los derechos humanos, S.O.S Caballito, Vecinos por Monroe Park, Vecinos por Villa Roccatagliata, Vecinos por la Torre Mirabilia, Corredor verde del oeste, Encuentro en defensa del espacio público, Autoconvocados por Cortes Edesur, Basta de Demoler, Un Árbol para mi Vereda y Manzana 66.
Los manifestantes partieron de Emilio Mitre y Asamblea, marcharon por esta última avenida hasta Del Barco Centenera, para luego volver sobre sus pasos y proseguir hasta Curapaligüe; recorriendo en total unas 15 cuadras.
“Vamos seguir resistiendo a esta construcción y cuidando el territorio, una lucha en la que no estamos solos porque hay mucha gente que se suma de otras comunas”, agregó.
Además de las movilizaciones que realizan cada fin de semana, la entidad apuesta a la vía legislativa con el proyecto de ley del diputado Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), para que se exceptúe de los permisos que otorga la Ley 4.950 (Ley de Bares) al Parque Chacabuco.
La ley en cuestión habilita la instalación de bares en espacios verdes siempre y cuando tengan una superficie mayor a 50 mil metros cuadrados, y establece que en los más grandes podrán colocarse hasta cinco áreas, con una separación mínima de 200 metros entre sí.
En total son 60 los parques que pueden tener locales gastronómicos y el Parque Chacabuco, con sus 237.000 metros cuadrados, puede albergar al menos cuatro áreas de servicio.
El paseo conserva actualmente sólo 8 de las 20 hectáreas de espacios verdes con las que fue creado en 1908: el resto está ocupado por la autopista que lo secciona en dos, cinco escuelas, un polideportivo, un centro cultural, un bar de 400 metros cuadrados, una “estación saludable”, un anfiteatro, un estacionamiento privado, la entrada al subterráneo, calles internas y accesos vehiculares.
Los vecinos se oponen además a la obra por considerar que privatiza espacio público, perjudica a los comercios aledaños, fue resuelta de manera inconsulta y “viola artículos de la Constitución de la ciudad” de Buenos Aires.