La Asamblea de vecinos ratificó su rechazo a la construcción de un bar de 260 metros cuadrados en ese espacio público, una obra de 4,5 millones de pesos cuya construcción ya fue licitada por el gobierno porteño, y aseguró que “resistirán” al inicio de los trabajos porque el lugar “ya perdió 12 hectáreas de áreas verdes”.
“La ley 4.950, aprobada el año pasado, habilita a que se construyan bares en espacios públicos, pero no obliga: la Ciudad quiere inaugurar esa norma con el Parque Chacabuco pero nos vamos a resistir”, aseguró a Télam Paula Castelli, integrante de la Asamblea.
Además de las movilizaciones que realizan cada fin de semana, la entidad apuesta a la vía legislativa con el proyecto de ley del diputado Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), para que se exceptúe de esa norma al Parque Chacabuco y el Ejecutivo porteño tenga que dar macha atrás con la iniciativa.
“Esta semana nos presentamos en la comisión de Espacio Público de la Legislatura para pedirles que traten con urgencia el proyecto del diputado Camps”, dijo Castelli.
La norma que habilita la instalación de bares en espacios verdes que tengan una superficie mayor a 50 mil metros cuadrados establece que en los más grandes podrán colocarse hasta cinco áreas, con una separación mínima de 200 metros entre sí.
En total son 60 los parques que pueden llegar a tener locales gastronómicos y el Parque Chacabuco, con sus 237.000 metros cuadrados, puede albergar al menos cuatro áreas de servicio.
El ministro de Espacio Público, Edgardo Cenzón, “no nos ha recibido nunca a pesar de que estamos pidiendo cita hace mucho tiempo”, afirmó Castelli y cuestionó que el proyecto del bar siga adelante a pesar de las 3.000 firmas en contrario recolectadas por los vecinos y el rechazo unánime expresado por la junta de la comuna 7.
El Parque Chacabuco conserva actualmente sólo 8 de las 20 hectáreas de espacios verdes con las que fue creado en 1908: el resto está ocupado por la autopista que lo secciona, cinco escuelas, un polideportivo, un centro cultural, una “estación saludable”, un anfiteatro, un estacionamiento privado, la entrada al subterráneo, calles internas y accesos vehiculares.
La pérdida de más espacio verde en un parque que ya cedió 12 hectáreas y en una ciudad que tiene sólo 1,8 metros cuadrados por habitante, a pesar de que la OMS recomienda entre 15 y 10, es el principal motivo de rechazo esgrimido por la Asamblea, pero no es el único.
Los vecinos se oponen además a la obra por considerar que “privatiza espacio público, perjudica a los comercios aledaños, ya hay un bar de 400 metros cuadrados dentro del parque, también baños públicos”, porque no fueron consultados y porque el proyecto, afirman, “viola artículos de la Constitución de la ciudad” de Buenos Aires.