La Defensoría del Pueblo de la Ciudad hizo un informe sobre las 16 colonias de verano que dependen del gobierno porteño.
“De todas las irregularidades que hemos detectado las que más nos preocuparon fueron las relacionadas a los exámenes médicos que el gobierno realizó a las niñas y niños en vistas de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018”, afirmó Marcelo Achile, responsable de la Subsecretaría de Deportes de la Defensoría.
Achile describió que los padres de los asistentes a la colonia no fueron notificados acerca de estos exámenes físicos y que, además, eran realizados en espacios públicos, donde, por ejemplo, se auscultaba a las niñas y niños sin ninguna privacidad violando su derecho a la intimidad.
“También pasó que le dieron a una nena de once años un diagnóstico de ‘obesidad’, sin ninguna contención y sin la presencia de los padres, lo que ocasionó que la pequeña no quiera ir más a la colonia”, detalló el subsecretario.
Achile informó que tras la intervención de la Defensoría la niña retomó la actividad pero “hay que tener en cuenta el daño psicológico que se puede generar con acciones como éstas”.
En cuanto a los aptos médicos, los cuales son de carácter obligatorio, no siempre se encontraban en la sede donde deberían estar a disposición de los directivos y médicos a cargo de la colonia.
La falta de material deportivo para realizar actividades es, para la Defensoría, otro indicio claro de la “falta de interés por las colonias”.
“Si uno va a las playas que la Ciudad armó en el Parque Indoamericano o en el Parque de los Niños encuentra material de sobra, lo que implica que no es falta de presupuesto”, apuntó Achile.
“También hubo inconvenientes con las vacantes, de hecho, desde la Defensoría tuvimos que intervenir en más de un caso para conseguir el lugar, aún cuando los padres se habían acercado en tiempo y forma a anotar”, indicó.
Y añadió que “por otra parte no fue claro el criterio de inscripción, al menos en la sede del Club Amigos donde observamos algunas irregularidades”.
Otro tema sobre el cual también se recibieron varias denuncias fue la suspensión de las actividades los días de lluvia, cuando, aunque el personal se encuentra en los predios, no existen planes alternativos por lo que los chicos deben retirarse con el consecuente inconveniente para la organización familiar.
La mayoría de las sedes tampoco contaban con espacios cubiertos o éstos eran insuficientes.
“Aunque el gobierno porteño entregó tela media sombra, lo hizo cuando las actividades ya habían comenzado y, en algunos casos, no se pudo colocar por falta de insumos complementarios y personal para llevar a cabo la tarea, por lo que terminando el primer mes los docentes y niños se encuentran al rayo del sol la mayor parte de la jornada”, sostuvo.
Por último, con respecto a la alimentación de los niños, se observó que las dietas especiales no se entregaban en envases individuales debidamente rotulados con el nombre del destinatario, en tanto en los puestos de hidratación los niños estaban obligados a beber varios de la misma botella.
“Estas falencias las intentan suplir en el día a día con la buena predisposición de los docentes y talleristas. Nosotros recorrimos todas las sedes y en cada una te llenás de amor, tanto de los niños como de los profes, y se ve la buena relación que se genera entre ellos, pero esto es independiente de sus condiciones materiales e infraestructura”, afirmó Achile.
Y añadió: “Esta falta de recursos en lo público es una constante del gobierno porteño, que considera siempre que la gestión privada es mejor que la pública sin tener en cuenta de que lo público permite el acceso a todas las clases sociales y garantiza todos los derechos”.
Según información del Gobierno de la Ciudad, unos 20 mil chicos de entre 4 y 12 años se inscribieron en las colonias que se desarrollan hasta el 30 de enero en 13 polideportivos porteños, el Club de Amigos, el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) y en la sede del Servicio Nacional de Rehabilitación.