En su mayoría, nos visitan desde otros países de nuestra América latina. Un tercio de todos los viajeros son brasileños. Chilenos, uruguayos y colombianos siguen en importancia. Los provenientes de otras regiones del mundo orillan una tercera parte del conjunto.
Casi 600 mil visitantes tuvimos solamente en el tercer trimestre del año pasado. El impacto económico de su estadía fue notable, aunque se haya reducido respecto de otros momentos. Gastaron en su permanencia más de cuatrocientos millones de dólares.
¿Por qué eligen nuestra ciudad? Ante todo, por su oferta cultural. Esta valoración de la vida cultural porteña fue detectada por la Encuesta de Preferencias que realizó el año pasado el Ente de Turismo porteño, en la cual el 42,8% de los turistas nacionales y 30,6% de los extranjeros la eligieron como la principal virtud de Buenos Aires.
También el año pasado, en una encuesta realizada entre viajeros por una revista especializada en turismo, surgió Buenos Aires como la mejor ciudad de Latinoamérica para visitar.
En una investigación entre los lectores de la publicación Condé Nast Traveler, la Capital Federal obtuvo un puntaje de 76,1, y superó entre los cinco mejores destinos de la región a Cuzco (73,8), Medellín (71), San Pedro de Atacama (70,29) y Santiago de Chile (69,7).
La revista propuso elegir el mejor destino turístico según cada región (ganaron Florencia en Europa, Ciudad del Cabo en África y Sidney, en Oceanía, entre otras). En cada ciudad los lectores evaluaron los mismos parámetros. Para Buenos Aires, lo que más destacaron fueron la oferta cultural, los restoranes, la calidad ambiental, los alojamientos, la amabilidad de los porteños y la posibilidad de hacer compras, en ese orden. En total, votaron más de 46.000 personas.
Un sitio web especializado en viajes también registró esa valoración. El año pasado Buenos Aires fue reconocida en el puesto 13 entre las 25 mejores ciudades del mundo para el turismo según TripAdvisor. De hecho, la Reina del Plata también había encabezado el ranking de ciudades latinoamericanas, y figuró como el principal atractivo turístico de Latinoamérica incluso por encima del Machu Picchu, Bariloche o las cataratas del Iguazú.
También los argentinos visitan Buenos Aires, claro. La mitad de los turistas que se alojaron aquí provienen de nuestro país. Es el tercer destino en importancia para el turismo interno, que se distribuye entre las distintas regiones nacionales.
Estos datos anotados en una época en la que la mayoría de los porteños tiene la cabeza puesta en sus vacaciones, muestran la significación de la vida cultural local a la hora de sumar valor a nuestro lugar. Gran parte de esa actividad se desarrolla por empeño e iniciativa de los propios habitantes de la ciudad. Finalmente, una ciudad es lo que hacen sus habitantes con ella.
Muchas veces, esa oferta cultural distintiva y de la cual podemos enorgullecernos legítimamente, terminó modelando el paisaje urbano, como sucedió en La Boca por empeño del gran artista popular que fue Quinquela Martín. Impulsar esa iniciativa creadora y llevarla de los ámbitos privados a los espacios públicos, es todo un desafío a la gestión.
En tiempo de carnavales, cuando Buenos Aires recupera una de más antiguas fiestas populares y llena sus calles de color, baile y alegría, es cuando más se nota la ausencia de una política que sepa potenciar la vitalidad cultural porteña, en vez de limitarse a administrarla.
Lic. Gerardo Codina