Se realizó ya una denuncia por obras que se están haciendo en el edificio, declarado de interés histórico para la ciudad de Buenos Aires.
El Museo está en obras desde hace unos 6 meses. En un principio hubo un plan de obra que aparentemente resultó inviable y no se pudo realizar, y la obra se modifica todos los días.
“Esto desde el vamos es raro, ya que la intervención de un edificio de un museo debe estar aprobada para su inicio, y en todo caso cada modificación al proyecto original debe ser aprobada de la misma manera, pero no sucede esto en el improvisado universo amarillo”.
La idea, por supuesto, es poner una confitería, pero a esto se agregaba una super obra de la cual se desconoce la función, pero que es muy cara.
Por ejemplo, el jardín era un espacio verde y le pusieron baldosas y cemento, metodología habitual en parques y plazas, resistida por los vecinos.
Para el Observatorio, “Alguien debe haber reparado en estos espacios verdes de los cuales creen que pueden disponer discrecionalmente, pero en realidad esto es una falacia, ya que forman parte de la superficie absorbente de la Ciudad, que esta sumamente disminuida por la acción cementadora de la gestión”.
Como consecuencia de esta improvisación el museo quedaría solo con una sala de exposición: de 6 quedarían 2, pero en realidad una de ellas tiene el piso por desmoronarse y no se piensa arreglar “en esta licitación” y el depósito, que debía ampliarse, seria un cuartito.
Hay ya una nota presentada ante la Defensoría, se entregó por mesa de entrada, y cursa con Nº de Expediente EX-2013-07161923-MGEYA-SSPCULT . Hasta el presente no se obtuvo respuesta alguna.
Ahora están demoliendo la parte de atrás, un segundo cuerpo, inclusive un ventanal precioso: era una de las sala de exposición que se querían preservar, en su lugar harán otros con unas ventanas nuevas pequeñas y en planta baja la confitería.
”Es evidente el desprecio de la gestión actual por cualquier faceta de la cultura, hay dos posibilidades, creemos: el negociado es muy atractivo, la segunda es que verdaderamente no entiendan nada del tema, lo que no los hace inocentes, y la tercera nos remite a la famosa “Cuando escucho hablar de cultura saco la pistola”, atribuida a Göring, lugarteniente de Hitler y responsable de buena parte de la destrucción del patrimonio cultural alemán durante el nazismo”, concluye el Observatorio.