Caminito al costado del mundo

La zona anegadiza donde se encuentra este barrio, que recibe su nombre precisamente de la boca en la cual desembocan en el Río de la Plata las aguas del Riachuelo, impidió durante mucho tiempo el asentamiento de grupos estables de vecinos.

Hasta principios del siglo XIX el lugar estuvo prácticamente deshabitado, siendo entre los años 1830 y 1852 cuando comenzaron a instalarse familias genovesas, construyéndose ya por entonces astilleros navales y almacenes.

La Boca de 1870 tenía ya una fisonomía característica y en 1895 era la segunda sección de la capital, observándose que sobre una población de 38 mil habitantes, 17 mil eran argentinos, 14 mil italianos, 2.500 españoles y el resto de otras colectividades. En 1882 ocurrió un hecho sumamente interesante.

A raíz de un conflicto laboral que culminó con una huelga, un grupo de genoveses firmaron un acta por la que pusieron en conocimiento del Rey de Italia que habían constituido la “República Independiente de La Boca”. El general Roca en persona acudió al lugar, quitó la bandera genovesa izada en un mástil y solucionó el conflicto.

Al día siguiente los genoveses bautizaron a una calle del barrio con el nombre de Julio A. Roca.

Este popular barrio ha tenido una enorme difusión a través de la obra de dos de sus más caracterizados vecinos, Benito Quinquela Martín y Juan de Dios Filiberto; el primero con su obra pictórica dedicada casi en su totalidad a la temática boquense; el segundo con su inmortal “Caminito”, cuyos acordes hicieron conocer el pintoresco rincón bien lejos de nuestras fronteras.