Los vecinos quieren un polideportivo en lugar de un microestadio en Once

La red de vecinos autoconvocados “No al microestadio”, junto a 14 legisladores de diferentes partidos políticos, presentaron el miércoles en la Legislatura un proyecto de ley para que en la denominada “manzana 66” de Once se construya una plaza, un polideportivo y un centro educativo cultural de uso público, en lugar del espacio privado para recitales con capacidad para 18 mil personas que tanta resistencia genera en el barrio.

La iniciativa fue presentada en el Salón Intersecretarías y, junto a los vecinos y a distintas organizaciones sociales que los apoyan, estuvieron los legisladores Jorge Taiana y María Rachid (FPV); Edgardo Form (NE), Alejandro Bodart (MST), Pablo Bergel y Gustavo Vera (BC), Pablo Ferreyra (SL), Maximiliano Ferraro (CC), Marcelo Ramal (FIT), Hernán Rossi y María Inés Gorbea (Suma +), Virginia González Gass (PSA), Susana Rinaldi (FPP), y Paula Oliveto Lago (CC).

Anunciado a través de los medios desde abril de este año, la construcción del microestadio es resistida por los vecinos, que desde entonces vienen movilizándose, cursando pedidos de informes a las autoridades, juntando firmas y reuniéndose en asambleas, la última de las cuales permitió terminar de delinear este proyecto que declara de utilidad pública la manzana y sujeta a expropiación.

La manzana en cuestión luce hoy como tierra arrasada desde que, a fines del año pasado, se terminaron de demoler los 20 inmuebles allí emplazados, de los cuales sólo quedaron en pie las fachadas.

Según les fue confirmado en mayo a dos representantes de los vecinos en una reunión con el futuro inversor y un funcionario porteño, una empresa privada dedicada a la producción de espectáculos musicales planea construir un microestadio con casi el doble de capacidad que el Luna Park y salida subterránea al subte H, 20 restaurantes, un hotel 5 estrellas y 3 niveles de cocheras.

Si bien aún no habría sido presentado el plan de obra, la existencia del proyecto de microestadio fue reconocida también por el inversor, Ake Music, en la revista Rolling Stone y por el jefe de gobierno, Mauricio Macri durante una entrevista en la radio Vorterix.

Como consecuencia, los argumentos para oponerse al proyecto son múltiples y variados: a los fundamentos legales que señalan la violación al Código de Planeamiento Urbano, se suman los medioambientales, dado que un emprendimiento de este tipo produciría contaminación sonora, vibraciones adicionales en antiguas construcciones ya agrietadas por el funcionamiento de la línea de subterráneos H y mayor acumulación de basura.

Pero además, los autoconvocados aseguran que un microestadio de estas características agravaría aún más la situación propia de un barrio con problemas de vulnerabilidad social, que convive con el funcionamiento de dos hospitales, varias clínicas y numerosos centros educativos.

Por último, aseguran que se vería seriamente afectado el tránsito, ya de por sí dificultoso.

“El barrio de Balvanera cuenta con sólo 0,4 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, cuando la OMS recomienda como mínimo de 10”, dice el proyecto de los vecinos entre sus fundamentos.

“Además, las escuelas públicas de la zona carecen de espacios verdes para realizar actividades físicas extracurriculares, teniendo que recurrir a convenios particulares que implican desplazamientos a predios de otros barrios”, prosiguen.

Por otro lado, los vecinos proponen que además de un centro cultural y “ante la falta de vacantes”, se construyan también allí “establecimientos educativos de nivel inicial”.