La elección y los pañuelos

El ginecólogo rionegrino Leandro Rodríguez Lastra, condenado por incumplimiento de los deberes de funcionario público tras negar el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo de una joven, figura como tercer candidato a diputado nacional en la lista que inscribió el Partido Demócrata Cristiano de la Ciudad de Buenos Aires.

El médico antiderechos , condenado por incumplimiento de los deberes de funcionario público tras negar el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo de una joven, figura como tercer candidato a diputado nacional en la lista que inscribió el Partido Demócrata Cristiano de la Ciudad de Buenos Aires.

Así lo informó en su cuenta de Twitter esa agrupación, que también compartió un video donde se observa al médico trabajando en el cierre de listas.

 

El ginecólogo de Cipolletti,  fue declarado culpable por impedir el acceso a un aborto no punible para una víctima de violación, integra la lista que se proclama como “completamente celeste”, por su oposición a que las mujeres accedan a decidir sobre su cuerpo incluso en casos que, como este, se encuentran reconocidos desde 1921 en el Código Penal.

Actualmente, el ginecólogo y jefe de servicio del hospital de Cipolletti recorre el país haciendo campaña. Su candidatura, anunciada por el partido junto a su “lista celeste”, será acompañada por el eslogan “Ciudad celeste por la vida y la familia”.

 

En dos semanas, sin embargo, la Justicia deberá dar a conocer la pena que le corresponde por los delitos que se le imputaron, y ésto podría incluir la inhabilitación para ejercer como funcionario público.

El veredicto conocido hace semanas subrayó que el médico “no estaba incluido en el registro de objetores de conciencia” de la provincia y que en todo momento mantuvo “una actitud negadora de la práctica que se le demandaba, a la cual estaba obligado por ley, negación que oculta con excusas de diversa índole y la cual, además, no informó, como era su obligación, respetando el derecho de la paciente”.

El juez a su vez consideró acreditadas las maniobras dilatorias y mentiras del ginecólogo Rodríguez Lastra. Por esa evidencia, sostuvo que “no puedo menos que concluir que el acusado nunca tuvo la menor intención siquiera de contemplar efectuar la práctica que le reclamaba” la joven violada.