Una flor y otra flor celeste

Para rendir homenaje a uno de los árboles que embellece la ciudad, se realizó una plantación de pequeños especímenes de jacarandá en la Plaza Seeber, ubicada entre las calles Av. Del Libertador y Av. Sarmiento, en el barrio de Palermo.

De la plantación participaron funcionarios del Gobierno de la Ciudad y las organizaciones no gubernamentales Cascos Verdes, que trabaja a favor de la inclusión socio-laboral de personas con discapacidad intelectual a través de la educación ambiental y Plantarse, una iniciativa ambiental que promueve acciones de mitigación del cambio climático.

La actividad tuvo lugar luego de que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público iniciara una demanda contra una empresa por la destrucción del arbolado de una plazoleta.

Al respecto el subsecretario de Uso de Espacio Público, Patricio Di Stefano, sostuvo: “El jacarandá es una de las especies más representativas de la Ciudad y que, cuando florece, tiñe de un color especial las calles porteñas. Por eso decidimos rendirle este homenaje, para tomar conciencia, cuidar nuestros espacios verdes, y evitar que vuelvan a repetirse episodios como la brutal tala en Belgrano.”

Hace más de cien años, a comienzos del siglo XX, el arquitecto Carlos Thays, incorporó al paisaje urbano de la Ciudad de Buenos Aires varios ejemplares llamados jacarandá. Este árbol que con sus flores violetas le dan ese colorido característico a las calles de Buenos Aires fascina a los turistas.

En estos días, y durante todo noviembre, se da la primera floración, cuando sus copas estallan en un lila que inunda todas las avenidas características de la ciudad. La segunda floración ocurre en febrero, para que todos puedan volver a verla y disfrutar su colorido.

Hay más de 15 mil ejemplares que adornan toda la Ciudad de Buenos Aires en sus calles, parques y plazas. Pueden verse a lo largo de las avenidas Del Libertador, Cabildo y Figueroa Alcorta.