La Ciudad tiene diez veces más viviendas vacías que hace 20 años

Hace 70 años la Ciudad de Buenos Aires tiene la misma cantidad de habitantes pero donde las viviendas vacías se multiplicaron por diez en las dos últimas décadas.

Este fenómeno se explica por el remplazo, en las últimas tres décadas, de “la población originaria de niveles altos y medio altos que deciden residir en urbanizaciones cerradas del suburbio y la periferia” de la zona norte del conurbano “por población de estratos sociales de menores recursos atraída por la oferta de empleos y proximidad a servicios sociales”.

De esta manera lo demuestra un estudio publicado en mayo pasado el Observatorio Urbano Local – Buenos Aires Metropolitana (OUL-BAM), que depende de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.

“La actividad residencial viene siendo reemplazada por actividades terciarias (servicios, comercio, etc.), fenómeno típico de los centros de las grandes ciudades”, asegura Artemio Abba, coordinador general del Observatorio.

La población porteña alcanza los 2.891.000 habitantes según el censo 2010, 90.000 residentes menos que los 2.981.000 habitantes de 1947.

En la década del 90, la Capital tocó un piso de menos de 2.800.000 en el censo de 2000, pero ganó más de 110 mil pobladores en lo que va del siglo, la mitad domiciliados en villas, según un informe del Consejo Económico y Social de la ciudad que consigna que las zonas que más crecieron son la sur y Retiro, donde se alza la Villa 31.

Mientras el número de residentes en Capital se mantiene, las villas crecen y también aumenta la cantidad de viviendas, pero una de cada cinco está vacía.

En 1991 había poco más de 31 mil viviendas vacías en la ciudad, en 2001 alcanzaban casi las 123 mil y en 2010 superaban las 288 mil, “el 20,2% del parque habitacional de la Ciudad”, puntualiza el Consejo porteño que reúne partidos, universidades, ONG de defensa del consumidor, sindicatos, empresarios, banqueros, la Iglesia, la AMIA, el Centro Islámico, abogados y economistas.
El trabajo del OUL-BAM sostiene que “la ciudad debe recuperar la urbanidad escamoteada por el modelo de torres country+shopping, patrón adoptado con el vano intento de competir con la periferia con sus mismas armas”.