Viamonte y Callao: de alojar al Batallón 601 a ser sede universitaria

Callao N° 692 y Viamonte N° 1816 encierran historias desgraciadas sobre el tiempo del Estado censurado. Entre sus pasillos funcionó el ex Batallón 601, integrado por grupos de inteligencia y tareas clandestinas.

Son bien conocidos hechos como el robo y escondite del cadáver de Eva Perón en plena Revolución Libertadora. También el “Proceso de Reorganización Nacional” interrogó detenidos como el titular de El Cronista Comercial, Rafael Perrotta, y los estudiantes de la FCE (UBA) Laura Noemí Creatore y Carlos Hugo Capitman.

En resumidas cuentas, sobre esta esquina operaron “los detestables automóviles Ford Falcon sin patente, con sus deleznables grupos de tareas a cuestas” ganándose “el rol de coordinador del Plan Cóndor de las dictaduras latinoamericanas”, según evocan Barrios x Memoria y Justicia Balvanera, que están en alerta porque ven “la memoria hecha escombros arrojada a los volquetes con prisa y sin pausa”.

Esta frase, que pertenece a un comunicado del 29 de junio y continúa el iniciado el día 12, evoca el momento que se vive en el edificio
de nueve pisos con estilo academicista ideado por el arquitecto Oscar Schoo Lastra.

Tras la vuelta democrática, funcionó el Batallón 601 hasta el año 2000, cuando fue disuelto, durante la presidencia de Fernando De la Rúa. Ese edificio era público hasta ese entonces, cuando se desafectó y pasó a manos privadas. Los rumores sitúan a ex militares como los nuevos dueños. También hablan sobre el retiro de valiosa información que comprometía a miembros del Batallón.

Todo ese tiempo el lugar estuvo cerrado. Ahora, en las últimas semanas iniciaron obras para levantar negocios a la calle en planta baja y en los pisos superiores montar aulas y oficinas de la Universidad del Salvador.

La fachada está restaurada a nuevo. Sobre la vereda hay cartelones publicitarios y uno cuadros que dan cuenta de las obras que se llevan a cabo. Esta restauración implica cambios en la estructura interna del edificio, advierte el grupo de vecinos por la memoria.

Es más, en la página de la inmobiliaria Toribio Achával se confirma que habrá un emprendimiento de alquiler de un “importante local a la calle de 682 m2”. “Desarrollado en Planta Baja, Entrepiso, Subsuelo, A estrenar. Edificio Universidad del Salvador”, aclaran al respecto del anuncio que pide 23 mil dólares en concepto de alquiler y dan un tiempo de cuatro a seis meses de entrega. “En principio la idea es alquilar 1/2 inquilinos (682 mts. o 341 mts.)”, aclararon al respecto.

En este sentido, desde mediados del mes pasado, los vecinos de Balvanera piden que “se suspendan las obras de demolición interna, que se preserve el Sitio de Memoria y las eventuales pruebas por delitos imprescriptibles y se restituya todo el edificio al patrimonio público e histórico de los argentinos”.

El argumento principal de Barrios x Memoria y Justicia Balvanera es hacer cumplir la Ley 26691 del año 2011 que “contempla preservar los Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado, ya sean Centros Clandestinos de Detención o Sitios emblemáticos del accionar de la represión ilegal”. “El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debe suspender la obra que nunca debió autorizar”, enfatizaron.

Asimismo, contaron que hay un proyecto de ley presentado ante la Legislatura por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad declarando al edificio como Sitio Histórico para poder frenar la demolición y las reformas.

En este sentido, llamaron a organismos públicos a intervenir: “Apelamos otra vez al Gobierno y Legislatura de la Ciudad, al Ministerio Público Fiscal, a la Secretaría de DD.HH. de la Nación y Congreso de la Nación. En ese edificio funcionó la dirección de la represión ilegal de la última Dictadura cívico militar. Ahí se planificaron acciones de persecución y desaparición de miles de personas, familias enteras, grupos sociales, políticos, gremiales y estudiantiles, todos delitos que fueron calificados de genocidio, lesa humanidad, imprescriptibles y aberrantes”.

“Pensamos que la visibilidad de ese monstruo urbano debe mostrarse como Sitio de Memoria en su totalidad, palpable, transitable y en correspondencia con el daño causado, para que los miedos que todavía subsisten en el inconsciente colectivo relacionados con el, sean superados en el nunca más y ejerciendo el derecho a una memoria activa, pilar de una democracia genuina y participativa”, ratificaron los vecinos de Balvanera.

“La Universidad del Salvador, que otorgara el título de Doctor Honoris Causa en 1977 al entonces almirante Emilio Eduardo Massera, debe restituir todo ese edificio manchado de horror y muerte al patrimonio público como Sitio de Memoria con intervención de las instituciones del Estado.

Pretender que ese terrible ícono de la feroz Dictadura cívico militar vuelva a la normalidad de la vida porteña, ahora con su frente hidrolavado y enarbolando el olvido, como si nada hubiera pasado en esa esquina, es tirar la memoria a los volquetes”, concluyeron en Barrios x Memoria y Justicia Balvanera.